Género. Perspectiva de género

Concepto

De manera congénita y natural, las personas se dividen en dos tipos de sexos: mujeres y varones; eso es algo inamovible. Pero sí que es alterable el hecho de la conformación de la identidad de género. Este es producto de una concatenación de procesos que derivan en la asimilación por parte de las personas de uno u otro papel acordes con las pautas establecidas. Es así como se van estableciendo los niveles de comportamiento de las mujeres y de los varones.

¿Dónde se asimilan tales asunciones? Principalmente, existen varios ámbitos de influencia. Por supuesto, la familia se erige en el primer foco o núcleo de actuación. Pese a que vivimos en una sociedad cambiante, donde las estructuras familiares van oscilando, por ejemplo con la aparición de familias monoparentales, sí es cierto que las personas más jóvenes van recogiendo de esas influencias las directrices para su inclusión en un determinado comportamiento, marcado sobremanera por el género que le corresponde. De igual manera, la institución escolar va transmitiendo a esas personas unos patrones de comportamiento que suelen estar asociados a la conformación de estereotipos de género, por lo que, si a esto añadimos la influencia del grupo de pares y de los medios de comunicación, hallamos un conglomerado que da como resultado una sociedad que clasifica a las personas en dos sectores, en dos universos diferenciados: el masculino y el femenino.

Análisis

Está claro que biológicamente existe una diferencia entre las personas de uno y otro sexo. Lo que queremos nosotros destacar es que culturalmente también la hay, en el sentido de que asumir una determinada identidad de género supone interiorizar una serie de patrones de comportamiento que van a diferenciar a la mujer del varón y viceversa.

Ya desde la infancia se asumen determinados roles que repercuten en el posterior proceder dentro de las estructuras sociales; es decir, se da el consentimiento a que determinados actos sean propios de las mujeres o de los varones, convirtiéndose tales acciones en tabú para el género contrario. Esas situaciones están presentes en el transcurso de la vida social, pero la apariencia externa hace que todo parezca uniforme y equilibrado.

Desde la infancia, de manera inconsciente, se van asimilando los patrones de comportamiento propios del género al que una persona se adhiere, de tal manera que, cuando con posterioridad se es consciente de esas pautas, ya es muy difícil tratar de cambiarlas, porque se han interiorizado sobremanera. Afortunadamente, los tiempos van cambiando y las situaciones son menos exacerbadas que antaño, aunque la diferenciación en razón de género sigue siendo importante. En los diferentes ámbitos de actuación podemos continuar apreciando cómo los espacios están determinados para que sean ocupados o manejados de forma mayoritaria por mujeres o por varones.

La lectura y la literatura, mediante sus diferentes manifestaciones –ya sea infantil, juvenil, rosa, amarilla, comercial o clásica–, va complementando el uso y el conocimiento de la lengua y va confiriendo a las personas una perspectiva más amplia de la realidad, a la vez que desarrolla su capacidad estética e intelectual. La aproximación al hecho literario nos pone en contacto con la posibilidad de mejorar nuestra capacidad léxica, con la ampliación de estructuras gramaticales, y de igual modo con la oportunidad de poder aplicar conocimientos adquiridos por medio de la lectura a situaciones de tipo cotidiano. Ahora bien, esta condición también implica que la lectura y la literatura se encuentran impregnadas por el problema sexista.

Implicaciones

Sabemos que, por ejemplo, en el ámbito institucional educativo el tipo de literatura con el cual más se suele trabajar es la infantil y juvenil. Esta va introduciendo a la per- sona en la realidad social que tiene más cerca y le va dando pautas para su desarrollo cognitivo afectivo y social. Por eso, si estamos tratando la temática relacionada con las diferencias de género, tenemos que prestar atención a la selección que se realiza de las lecturas y, sobre todo, al debate posterior que se pueda establecer tras haber efectuado el acto lector. Está analizado y descrito que los libros de texto y las lecturas divulgativas o académicas, poseen un sesgo de tipo sexista que se traduce en el estilo de redacción utilizado, en las ilustraciones que han sido usadas o en otro tipo de detalles. De igual modo, si procedemos a desbrozar el contenido de esos materiales, encontraremos una realidad que también se halla segmentada en razón de género; la aparición de estereotipos dentro de un tipo de literatura como es la infantil y juvenil es un hecho contrastado, y de esa forma, inconscientemente, las niñas y los niños, además de las personas adultas, interiorizan cómo deben comportarse en el mundo en el cual se van insertando de forma progresiva. Una de las grandes fuentes de conocimiento social que reciben en su mundo de fantasía y realidad es la composición escrita.

En lo que respecta a la literatura en su concepción más amplia, debemos decir que cada uno de los géneros literarios posee sus particularidades generadas por la determinación social que hace que la aproximación de una mujer o de un varón sea distinta. No es frecuente encontrar poesías masculinas con un carácter sensible muy definido, de igual manera que es difícil que una mujer interprete un papel rudo y brusco en una obra de teatro. También la narrativa se ve afectada por la influencia social, ya que la temática sobre la cual se suele escribir está estereotipada. Es importante indicar que la tradición no ha permitido que la mujer sea libre para escribir, pues su acceso a los entornos de tipo literario ha sido siempre difícil.

Por tanto, podemos afirmar que la dimensión literaria cobra un especial valor dentro de los procesos de enseñanza y aprendizaje que las personas llevan a cabo; hay que aspirar a que, a partir del trabajo con la literatura en cualquiera de sus manifestaciones, las mujeres y los varones tengan la posibilidad de lograr una igualdad de oportunidades conducente a un mejor desarrollo personal, que repercuta en la mejora del colectivo social.

Referencias

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Fecha de ultima modificación: 2014-03-31